Ya tienes tu jamón. Seguro que ya lo has colocado en tu jamonero y en un lugar fresco y seco (o al menos eso esperamos). Y seguro que también tienes una sonrisa de oreja a oreja en la cara, deseando hincarle el diente a tu nueva adquisición.
Cuando compras un jamón entero, pocas sensaciones hay más placenteras que comenzar a cortarlo y a comerlo. Si no sabes hacerlo del todo bien, te aconsejamos que leas esta entrada de nuestro blog, y si ya tienes cierto nivel, puedes echarle un vistazo a este otro post. Sea como fuere, lo importante tras ese impulso de comerte el jamón de una sentada, y como es más que probable que no sea así, es saber conservarlo para poder seguir disfrutando de su sabor y de su aroma como si los empezaras de nuevo cada día.
Cada maestrillo…
Nosotros no dejamos de leer artículos y consejos sobre cómo conservar el jamón en casa, y muchas veces se contradicen entre sí. Así que no vamos a ser menos, y seguro que vamos a contradecir muchas de las cosas que has leído, oído o incluso experimentado en tu casa. No pretendemos sentar cátedra, sino aportar los conocimientos que los años consumiendo jamón nos han aportado y nos encanta compartir.
Para no repetirnos demasiado, vamos a remitiros a una entrada que escribimos hace ya casi tres años pero que, como el jamón, no pasa de moda: “Cómo conservar un jamón en casa”. En él, nos apoyamos en la inestimable ayuda de un amigo y compañero del mundo del jamón, como es Pedro José Pérez Casco. Carnicero, charcutero, maestro cortador, formador, y un largo etcétera de habilidades y capacidades que él mismo se encarga de nutrir día a día.
Pero en este post queremos hacer hincapié en un artículo que no suele ser tan protagonista como la estrella de este blog, ni siquiera como los soportes jamoneros o los cuchillos, pero que seguro que se convertirá en un gran aliado para conservar perfectamente vuestro jamón en casa: el cubrejamón.
Trapo sí, o trapo no, he ahí la cuestión
Pues, directamente, trapo sí. Sabemos que hay tantos detractores del cubrejamón como del film transparente, pero en nuestro caso, creemos que ambas formas de conservar el jamón son muy útiles e incluso combinables.
Lo que sí es innegociable para nosotros, es el cubrir el corte con la propia grasa del jamón. Se puede hacer con finas lonchas de tocino blanco (no uséis el tocino amarillo porque aportará sabores rancios), pero ante la posibilidad de que se generen mohos indeseables entre las lonchas y el corte, preferimos siempre untar grasa raspada con el filo del cuchillo como si fuese mantequilla. De esta forma, ayudaremos a mantener jugoso nuestro jamón.
Una vez cubierto con grasa, el film puede ser una opción si vamos a cortar a menudo (algo que el jamón te pide y los jamoneros anhelamos), pero ya sea con film o sin él, es más que recomendable tapar la pieza con un cubrejamón.
Si no tienes uno, puedes adquirirlo en nuestra tienda online, o utilizar un paño de algodón que no suelte pelusa. Nosotros te recomendamos el uso de un cubrejamón específico, pues están hechos expresamente para ello. Son de algodón, transpirables, de una medida más que adecuada, con la posibilidad de sujetarlo a la pezuña y, además, decorativos (sobre todo con nuestro Hamphrey).
Así que ya sabes, si quieres que tu jamón esté como el primer día (de sabroso y jugoso, que acabarse se acaba), utiliza su propia grasa y un estupendo cubrejamón.
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Paño cubrejamón
