Esta semana os traemos una receta con la que comenzar a cogerle el gusto a guisar. Es uno de esos platos sencillos, ideales para iniciarse en el mundo de la cocina más allá de precalentar comida preparada, meter una pizza en el horno o hervir un poco de pasta y ahogarla de tomate de bote -platos típicos de la cocina estudiantil cuando abandonamos el calor del hogar familiar-.
Tanto si te gusta cocinar como si eres nuevo entre los fogones y quieres recuperar el sabor de los platos caseros, esta receta de pollo guisado con jamón y champiñones hará que te chupes los dedos. Vamos allá.
Ingredientes
– 1 pollo troceado.
– 1 bandeja de champiñones (nosotros hemos elegido la variedad Portobello).
– 1oo gramos de jamón serrano o de Teruel DOP.
– 1 cebolla mediana.
– Harina.
– Ajo en polvo.
– Un vasito de coñac (o vino blanco si queréis que quede algo más suave).
– Sal.
– Aceite de oliva virgen extra.
– Aceite de jamón (si no tienes, puedes ver como hacerlo en este mismo artículo del blog).
Elaboración
Mientras calentamos en una cazuela un buen chorro de aceite de oliva, salamos el pollo y lo pasamos por harina que habremos sazonado anteriormente con un poquito de ajo en polvo. Cuando el aceite coja temperatura, doramos el pollo enharinado y lo reservamos en un plato aparte. Os aconsejamos que la temperatura del aceite no sea demasiado elevada, ya que no queremos que la harina que suelta el pollo se queme y tengamos que cambiar de aceite. Precisamente esa harina tostada dará consistencia a la salsa que obtendremos al terminar el guiso.
Una vez retirado el pollo, echamos en ese mismo aceite la cebolla troceada en dados pequeños (no hace falta que sean minúsculos) y la pochamos a fuego lento. Cuando la cebolla vaya transparentando, añadimos el jamón cortado en taquitos para que la grasa desprenda su aroma y su sabor en la olla. Elegid un jamón con poca sal, porque aunque solo vamos a salar el pollo, si el jamón no es más bien dulce, hará que el guiso quede muy salado.
Es el turno de los champiñones. Hemos elegido champiñones Portobello porque su sabor algo más dulce combina de maravilla con el jamón y su textura más firme ayuda a que no se deshagan en el guiso, pero con el champiñón blanco quedará igualmente delicioso. Los lavamos bajo el grifo frotándolos entre ellos para eliminar completamente la tierra, cortamos el tallo a ras del sombrero y troceamos en cuatro. Los incorporamos a la cebolla y el jamón que continúan a fuego lento, y añadimos un poquito de nuestro aceite de jamón casero. Tras un par de minutos en los que los champiñones pierden algo de agua, subimos el fuego al máximo y, cuando el sofrito comience a agarrarse al fondo de la olla, echamos un vasito de coñac. El alcohol ayuda a soltar lo que se ha pegado en el fondo incorporándolo a la salsa mientras se reduce.
Pasados un par de minutos a fuego fuerte y removiendo constantemente, cuando el alcohol del coñac ya se ha evaporado, añadimos el pollo que habíamos enharinado y dorado, lo cubrimos con agua y lo llevamos a ebullición. Cuando el caldo empiece a hervir, es momento de bajar el fuego, cubrir la olla sin taparla del todo y dejar que el pollo se guise con todo el sabor que le hemos dado.
Como todos los guisos, este plato estará mucho mejor tras un día de reposo y con un buen pedazo de pan al lado para mojar bien la salsa. Que lo disfrutéis.
Productos recomendados
Jamón de Teruel DOP
Jamón Serrano ETG
Añejo Reserva
Jamón Serrano ETG
Añejo
Que buena pinta tiene!!!
¿Sabes si en Zaragoza se puede comer en algún restaurante?
¡Gracias!
Pues no esta receta en concreto, pero se puede disfrutar de nuestro jamón de Teruel DOP en algunos de los platos de un restaurante que no habéis mencionado en vuestro post y que es uno de los imprescindibles si visitas Zaragoza; el Restaurante Palomeque.
Un saludo y gracias por leernos.