Cómo elegir el jamón más adecuado

Comprar jamón es siempre una garantía de éxito. Hablamos de un producto que, además de gustar a casi todo el mundo, es más que socorrido y se puede comer en cualquier momento del día. Pero, ¿Qué tipo de jamón compro? ¿Y en qué formato?

En la entrada de esta semana vamos a daros algunos consejos a la hora de elegir vuestro jamón. Atentos.

Lo primero, el tipo de jamón

Como ya os hemos contado muchas veces, existen, a grandes rasgos, dos tipos de jamón que a su vez se dividen en diferentes calidades. Hablamos por un lado del jamón de cerdo blanco y del jamón de cerdo ibérico. Si queréis saber más, pinchad en este enlace (https://laestrelladeljamon.com/blog/jamon-serrano-y-jamon-iberico-en-que-se-diferencian/ ).

Aunque para la mayoría de la gente lo que más los diferencia es la calidad propiamente dicha, esto no es del todo cierto. Hablar de jamón blanco o de jamón ibérico es hablar de dos productos distintos, por lo que su calidad debería ser cuantificada comparando entre piezas del mismo tipo, pero no entre ellos. Es como comparar un monovolumen con un deportivo ¡Ojo!, esto no quita que te guste más un tipo que otro. De hecho, aunque mucha gente se decanta por el ibérico como producto de calidad, no es menos cierto que otros prefieren el blanco como su “jamón de cabecera”, y no solo por su menor precio.

A la hora de elegir un jamón, y ateniéndonos a su tipo, tenemos que tener en cuenta el “uso” que le vamos a dar. Lo sé, el uso va a ser comérselo, a nosotros no nos tienen que contar nada sobre la obsolescencia programada. Nos referimos a si vas a comprar un jamón para el día a día o para una ocasión especial.

Si necesitas jamón para hacer bocadillos, preparar alguna cenita improvisada e incluso cocinar algún plato, te recomendamos que compres un buen jamón serrano. Ahora bien, si estás esperando invitados o quieres darte un homenaje a ti o a los tuyos, no lo dudes, el ibérico no te defraudará. Y si quieres un auténtico todo terreno, un jamón que haga de los bocadillos un manjar y llene una mesa como el mejor, nuestro consejo es que te hagas con un jamón de Teruel DOP. Su suave sabor no sacia nunca y apetece en cualquier momento.

Está claro que con el ibérico puedes hacer estupendos bocadillos, y que un buen serrano bien presentado es digno de cualquier mesa. Sin embargo, te aconsejamos esto basándonos no solo en su coste, sino en las cualidades de cada uno. No merece la pena maquillar el sabor de un ibérico con pan, y su intenso sabor no lo convierte en un producto de diario para muchos paladares (otros en cambio no comerían otra cosa, cierto es).

¿Entero, deshuesado o loncheado?

Una vez elegido el tipo de jamón que queremos, hemos de tomar otra decisión: ¿Lo compro entero o cortado?

El consumo de jamón entero está en claro descenso en los hogares. El tamaño de la unidad familiar se ha reducido mucho, y el mercado está plagado de productos y más productos que llenan nuestras cocinas. Para nosotros esto es una lástima, porque no hay nada como tener un jamón en casa e ir cortando conforme se vaya consumiendo.

Dicho esto, entendemos que existen muchos factores para elegir otros formatos. Lo importante es que sigáis disfrutando de este manjar. No siempre disponemos del espacio, las condiciones adecuadas, la herramienta o los conocimiento de corte necesarios. Por eso siempre puedes adquirir tu jamón en formatos deshuesados más pequeños, fileteado al momento en charcutería o incluso en los lineales de los supermercados.

Las piezas pequeñas, como la maza, la contra o babilla y la punta, son ideales para aquellos que temen que el jamón se les seque demasiado. Gracias a su tamaño, caben perfectamente en cualquier nevera a la espera de ser consumidas. Además, al ser más manejables, se pueden cortar sencillamente con una tabla y un cuchillo. Por la forma de corte, el resultado no será el mismo que el de la pieza entera en un soporte jamonero, pero seguro que también lo disfrutáis al máximo.

Los envasados al vacío son capaces de mantener durante tiempo las cualidades del jamón y tienen además un factor muy positivo: puedes comprar menos cantidad y tener así más de un tipo de jamón en casa para distintas ocasiones. Tanto este tipo de formatos de 80 o 100 gramos, como el jamón fileteado en el mostrador de una charcutería, te permiten darte un capricho por un módico precio si no estás por la labor de pagar la pieza entera. Así, en tu frigorífico pueden convivir sin problemas un jamón de Teruel y un ibérico y consumir cada uno de ellos cuando te convenga.


Esperamos que os sirvan estas indicaciones a la hora de elegir vuestro jamón la próxima vez que vayáis a comprar u os deis un paseo por la red y visitéis nuestra tienda online.

Roberto Gómez Moreda

Licenciado en Periodismo, trabajo como encargado de producción junto a mis hermanas en el secadero de jamones que fundaron mi padre y mi abuelo, sin perder la pasión que me llevó a estudiar Ciencias de la Información.

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