Tipos de jamonero ¿Cuál elijo para mi casa?

Jamonero, jamonera, tabla jamonera, soporte jamonero… Sea cual sea la forma en que lo llamemos, hablamos de una herramienta básica para realizar un buen (y seguro) corte a cuchillo de nuestro jamón.

Existen en el mercado infinidad de modelos que abarcan desde los más sencillos y económicos, capaces de sacarnos de un apuro, hasta modelos profesionales que satisfacen las necesidades de cualquier cortador.

Como en muchos otros artículos de uso cotidiano (como las cámaras de fotos o los ordenadores) hay personas que lo utilizan profesionalmente, por lo que los precios son muy dispares entre modelos básicos y avanzados.

Cuántas veces hemos oído eso de “¿pero cómo me voy a gastar más en el jamonero que en el jamón?” Bueno, pues nuestro consejo es que, si bien no hace falta hipotecarse para poder cortar con garantías, siempre será mejor invertir un poquito de dinero para cortar no uno, sino muchos jamones. No todo el mundo compra una cámara de fotos profesional, pero si queremos una mínima calidad en las imágenes, difícilmente la conseguiremos con la más barata del mercado.

Características básicas

Probablemente, la principal característica que deba cumplir cualquier jamonero es la estabilidad. Cuanto más estable sea nuestro soporte, con mayor seguridad trabajaremos. Si la pieza baila, el riesgo de cortarnos aumenta considerablemente.

Relacionado directamente con la estabilidad está el peso de la base. Si vamos a darle un uso doméstico, es fácil que no tengamos que andar moviendo de lado a lado nuestro jamonero, así que es preferible buscar un modelo que tenga cierto peso para que cuando coloquemos nuestro jamón o paleta, asiente perfectamente y no se nos mueva. De todas formas, existen modelos plegables perfectos para profesionales que se desplazan a diferentes eventos, de peso más reducido pero que encuentran la estabilidad en el diseño de su base.

Otra de las características básicas es la fijación de la pieza. La gran diferencia entre los jamoneros profesionales y los que no lo son, es que los primeros cuentan con sistemas de sujeción del jamón que no dañan para nada la pieza. Las tablas más básicas, agarran la pata mediante pinchos que, si bien aportan estabilidad, hacen “heridas” a nuestro jamón que pueden oxidar la zona en la que se produzcan. No van a estropearlo del todo, y desde luego es mejor que el jamón esté bien sujeto, pero esta es sin duda una de las grandes ventajas de los jamoneros profesionales.

Por último, la calidad del los materiales. Como en cualquier otro objeto de consumo, la calidad de sus componentes es básica, tanto por su durabilidad como por su facilidad de uso. La base puede ser de madera, de acero inoxidable o de materiales sintéticos como el silestone. De la calidad de ella dependerá su peso (que aporta estabilidad como hemos dicho) y su resistencia. El brazo sobre el que apoya el jamón puede ser también de madera, en los soportes fijos, o de acero inoxidable, tanto en fijos como en basculantes. Al igual que con la base, una mayor calidad de estos nos aportará mayores garantías.

Tipos de jamonero

La primera distinción que podemos encontrar es entre jamoneros horizontales y verticales. Los primeros corresponden a los modelos más habituales. Respetan la forma tradicional de colocar el jamón facilitando el corte longitudinal de las distintas partes del mismo. Los segundos responden sobre todo a necesidades de espacio, pero también a la posibilidad de un corte diferente en el caso de los que permiten colocar el jamón con la pezuña hacia abajo. En estos últimos, podemos cortar la pieza de forma transversal al músculo de forma similar a como se cortaría un jamón deshuesado en una fileteadora. No son los más habituales, pero sí que tienen su público.

Continuando con los jamoneros horizontales, que son los mayoritarios en el mercado, podemos distinguir entre los fijos y los giratorios. En los primeros, si queremos girar nuestro jamón, debemos desclavar la pata y volverla a fijar haciendo una nueva herida a la misma. En los soportes con un cabezal giratorio, no solo podemos darle la vuelta con facilidad y sin desclavar, sino que podemos variar ligeramente el plano de corte de una misma zona a nuestro gusto.

Si además de giratorio, adquirimos un soporte basculante, el salto de calidad que daremos será ya más que notable. Desde hace años, existen en el mercado modelos que permiten hacer oscilar la inclinación del jamón facilitando el corte de las distintas zonas. Con ello conseguiremos un mayor rendimiento del jamón, ya que hará más accesibles todas las partes y podremos aprovechar mucho mejor la pieza. Por ello, en los circuitos profesionales, la práctica totalidad de los jamoneros que vemos son así, basculantes y giratorios. Eso no quiere decir que no podamos disfrutarlo en nuestras casas, porque si bien es cierto que los de mayor calidad tienen precios elevados, hay modelos más humildes que pueden cumplir con estas características y permitirnos hacer un corte casi profesional para dejar boquiabiertos a nuestros invitados.

Nuestro consejo es que merece la pena invertir algo de dinero en un modelo que, primero se adapte a nuestra forma de cortar, nuestro espacio en casa e incluso a la estética del lugar donde vaya a ir colocado, y segundo, nos aporte facilidad y seguridad a la hora de cortar.

Eso sí, no olvidéis que encima de nuestro soporte, no puede faltar un jamón de calidad.

Roberto Gómez Moreda

Licenciado en Periodismo, trabajo como encargado de producción junto a mis hermanas en el secadero de jamones que fundaron mi padre y mi abuelo, sin perder la pasión que me llevó a estudiar Ciencias de la Información.

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