Raviolis caseros con jamón de Teruel

Hoy os traemos una receta que, si bien no es precisamente sencilla, tiene una variante mucho más fácil si no quieres embadurnar tu cocina de harina. Se trata de unos raviolis caseros rellenos de jamón de Teruel DOP, puerro, champiñones y requesón.

No sé si describiros la aventura que me ha supuesto hacer esta receta o simplemente deciros que el resultado merece la pena. Si eres de los que se envalentonan en la cocina, haciendo raviolis estarás en tu salsa. Eso sí, este es uno de esos platos en los que disponer o no de la herramienta adecuada (amasadora, máquina de pasta, moldes de raviolis…) marcará la diferencia en tu nivel de estrés. Sea como sea, allá va la receta.

Ingredientes:

Para la masa

– 200 gramos de harina de fuerza.

– 1 huevo.

– 2 cucharaditas de café de aceite de oliva.

– 1 pizca de sal.

Para el relleno

– 1 puerro.

– 1 champiñón grande.

– 60 gramos de jamón de Teruel DOP.

– 80 gramos de requesón.

Elaboración:

Para hacer la masa, prepara en un bol un volcán con la harina y vierte en el centro los huevos. Añade el aceite y la sal y comienza a mezclar bien todos los ingredientes con una cuchara de madera primero, y con las manos después.

Cuando tengas todo bien mezclado, saca la masa a la encimera previamente enharinada y comienza a amasar. Este proceso es fundamental para conseguir una masa elástica y homogénea, por lo que debes amasar durante al menos 10 o 15 minutos. Si eres de esos afortunados que tiene una amasadora, no sabes el trabajito que te vas a ahorrar.

Una vez conseguida tu bola de masa, envuélvela en film transparente y déjala reposar unos 30 minutos en la nevera.

Como os decía al comienzo, si no quieres complicarte, siempre puedes usar pasta de lasaña para hacer tus raviolis al gusto.

Mientras reposa la masa, vamos a preparar el relleno. Para ello, cortaremos el puerro, el champiñón y el jamón en trozos bien pequeños. Yo he elegido un trozo de la punta de mi jamón de Teruel. Es una zona grasa y muy equilibrada en sal, perfecta para cocinar.

Pochamos a fuego lento el puerro, añadimos el champiñón y, cuando ya casi casi esté, incorporamos el jamón de Teruel. Un golpecito de calor y echamos el requesón desmenuzado. En cuanto se haya deshecho un poco el queso, vertemos la mezcla en el vaso de la batidora, lo trituramos todo hasta conseguir una pasta homogénea y dejamos enfriar.

Ahora llega lo divertido

Si cuentas con una máquina de pasta, esta tarea te será sencilla. Si no, el rodillo y una ingente cantidad de harina espolvoreada serán tus fieles aliados.

Divide tu masa en bolitas de unos 80 gramos y, rodillo en mano, comienza a estirarla. Es importante utilizar harina para que no se quede pegada ni en la encimera ni en el rodillo. Trata de obtener una masa alargada y fina (sin transparentar, no te pases) de forma rectangular.

Con la ayuda de una cuchara o una manga pastelera, ves colocando el relleno (recuerda que tiene que estar frío) en bolitas separadas entre sí, en una de las mitades de tu rectángulo de masa. Cuando tengas la mitad, humedece un poquito los huecos que han quedado sin relleno y dobla la otra mitad por encima. Con ayuda de las manos, cierra los huecos que hay entre el relleno tratando de sacar el aire. Una vez hecho esto, puedes cortar tus raviolis con ayuda de un cortador especial para ello o simplemente con un cuchillo y decorar los bordes con un tenedor.

Si has llegado a este punto, tranquilo, lo peor ya ha pasado. Sólo queda cocer tus raviolis unos 5 minutos en abundante agua hirviendo con sal. Ten cuidado, son delicados y no creo que tengas ganas de ver cómo las prisas terminan con tu ansiado y trabajado cuadradito de pasta casera. Una vez cocidos, escúrrelos bien y acompáñalos de un tomate pelado y cortado en trocitos, un poco de orégano y aceite de oliva virgen. Créeme, además de que no les hace falta nada más porque el relleno está espectacular, no tendrás ganas de ponerte con una salsa muy elaborada.


Y ya está. No sé si os estamos animando o no a lanzaros con vuestros raviolis caseros, pero creednos si os decimos que, pese al esfuerzo, el resultado merece la pena.

Roberto Gómez Moreda

Licenciado en Periodismo, trabajo como encargado de producción junto a mis hermanas en el secadero de jamones que fundaron mi padre y mi abuelo, sin perder la pasión que me llevó a estudiar Ciencias de la Información.

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