¿Qué puedo hacer si mi jamón se seca demasiado?

En ocasiones, dependiendo de la pieza que tengamos en casa, del ritmo al que la consumamos y del momento del año en que nos encontremos, nuestro jamón se puede secar más de lo deseado. En nuestro blog podrás encontrar algunos consejos para conservarlo de forma adecuada en tu hogar, pero si finalmente se secara más de lo deseado, no te preocupes. Aunque es cierto que un jamón muy seco no conserva sus mejores cualidades, no es difícil darle una nueva vida y aprovechar al máximo cada gramo de carne (y hasta de hueso) que nos quede.

El mejor consejo que podemos darte es, sin duda, que no le des tiempo a secarse. Una pieza comprada con un punto de curación óptimo, y con un consumo regular, no debe quedarse como una piedra en el jamonero. Sin embargo, hay veces que por diversas razones puede sucedernos, así que si quieres saber qué hacer, ahí van algunos consejos.

Tu gran aliado: el charcutero

A muchos de nosotros nos gusta cortar el jamón a cuchillo en nuestra casa. Llevarte una loncha de jamón a la boca, recién cortada, sin pasar ni siquiera por el plato, es probablemente la mejor forma de disfrutarlo. Pero a veces sucede que conforme vamos avanzando el corte, el jamón se va secando y, si no somos muy diestros en el arte de cortarlo, la tarea no solo se dificulta, sino que puede resultar hasta peligrosa. Es este un buen momento para coger nuestra pata y acudir a nuestro charcutero de confianza. Él o ella van a ser los más indicados para terminar de lonchear ese jamón a cuchillo y envasárnoslo al vacío, o si es posible, deshuesar la pieza y cortarlo a máquina aprovechando incluso el hueso. Sea como sea, eso evitará que el jamón se seque tanto que no podamos comerlo en lonchas.

¿Eres de palomitas o de taquitos de jamón?

Una buena manera de aprovechar esas partes más duras de tu jamón es, sin duda, cortarlo a taquitos. Los tacos de jamón son una forma diferente de disfrutar de este manjar y la mejor opción de hacerlo con aquellos trozos que ya no nos vemos capaces de lonchear con seguridad.

Aunque creemos que la mejor forma de disfrutar de todas las cualidades de un buen jamón es hacerlo en finas lonchas que quepan en la boca, hace no demasiado tiempo, la forma más habitual de comerlo era cortado en lonchas gruesas y troceado después, y aún hay mucha gente que lo prefiere así. Sea como sea, cada uno que coma el jamón como más rico le esté.

Ahora que comienza el otoño y llegan los primeros días de frío, coge una mantita, ponte una buena película y disfrútala con una “palomitas” de jamón en forma de sabrosos taquitos.

Un sabroso ingrediente para tu cocina

¡Cómo no! Son tantísimos los platos que podemos elaborar con jamón que no sabríamos por dónde empezar.

Si no te apetece comerte solos esos tacos de los que hablábamos, puedes convertirlos en el compañero perfecto de un buen plato de verdura. Prueba a saltearlos con unas alcachofas, unos guisantes, unas espinacas o unas judías verdes. Todo un clásico de nuestra cocina y una forma estupenda de introducir el consumo de verdura en los más pequeños gracias al sabor umami del jamón.

Además de a la verdura, el jamón acompaña perfectamente diferentes platos de pasta, ya sea sustituyendo al bacon en una carbonara o con una buena salsa de tomate casero con unos macarrones. Otro éxito asegurado.

Puedes incluir el jamón en sofritos en tus salsas para las albóndigas, para tus guisos de pollo, utilizarlo en risottos, como ingrediente principal de unas buenas croquetas o con unos buenos huevos rotos. De una forma u otra, vas a ver cómo ensalza el sabor de todos estos platos.

Capítulo aparte merece el hueso. Un caldo o unas lentejas no son tal sin su hueso de jamón. Si no te atreves a cortarlo en casa con una sierra, no dudes en pedírselo al charcutero que te lo vendió. Eso sí, no te deshagas de él sin exprimir sus virtudes al máximo.

Aceite y sal

Si no te convence ninguna de las propuestas anteriores, a ver si lo hace alguna de estas otras dos.

Hemos de reconocer que nunca hemos probado esta técnica con jamón (sí con otros productos como la cecina de vaca), pero rebuscando en la red, encontramos una propuesta del blog azúcar&orégano para resucitar nuestro jamón. Se trata de sumergir el jamón reseco en aceite de oliva con ajo en polvo. El aceite se encargará de hidratarlo, y el ajo evitará esos aromas rancios que aparecen cuando la grasa ha estado expuesta demasiado tiempo al aire. Nosotros no somos de dejar que el jamón se seque demasiado, pero si se da el caso, os aseguramos que probaremos este truco.

La última propuesta tiene que ver también con la cocina. En alguna de las recetas que os hemos propuesto en Saber de jamón, os hemos instado a usar crujientes o sal de jamón. Pues bien, en lugar de usar jamón más tierno y deshidratarlo en el microondas, podemos usar esos trozos más secos y darles esta nueva vida como condimento. Cremas de verduras, ensaladas o sopas, cobrarán una nueva dimensión con el toque de la sal de jamón. Si no sabéis como preparar esta sal, os lo mostramos en nuestra receta de gazpacho con aguacate, gambas y sal de jamón.

Esperamos que os haya sido de utilidad. Pero recordad, para evitar que se nos seque demasiado el jamón, nada como comérnoslo antes de que eso suceda.

Roberto Gómez Moreda

Licenciado en Periodismo, trabajo como encargado de producción junto a mis hermanas en el secadero de jamones que fundaron mi padre y mi abuelo, sin perder la pasión que me llevó a estudiar Ciencias de la Información.

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