Dependiendo de dónde vivamos, podemos encontrarnos en el mercado jamones con pata o sin ella. Es fácil que si resides en el norte de España, estés habituado a ver jamones colgados con la pata cortada, y si lo haces en el sur, las piezas conserven íntegra su pezuña. Pero, ¿determina este hecho su calidad?